Se trata de realizar talleres de Envejecimiento Activo en los parques de La Negrilla, Federico García
Lorca, Santa Justa, Los Príncipes y Amate.

Una vez pasado el período de confinamiento desde la fundación Doña María se ha reformulado la
metodología de los talleres. Pero lo hacemos sin modificar el objetivo general, que sigue
siendo mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Debemos recordar que las personas mayores han sido los que más han visto limitados sus
movimientos y sus actividades durante el periodo de confinamiento, debido a su vulnerabilidad ante
la COVID-19, por lo que era muy necesario volver a retomar la actividad para su bienestar físico y
mental.

Igualmente, desde la Fundación Doña María queremos destacar que las personas mayores nos han
vuelto a dar una lección de resiliencia, siendo una generación que ha sabido adaptarse de forma
activa a multitud de cambios sociales y que hoy participa en esta nueva modalidad de talleres con
una sonrisa en la cara.

Para garantizar la seguridad los talleres se desarrollan cumpliendo todas las medidas de seguridad y
prevención frente a la COVID-19: Grupos reducidos, higiene de manos, uso de mascarillas,
mantenimiento de la distancia de seguridad, etc.

Todo ello siempre siguiendo los objetivos estratégicos y valores de la Fundación Doña María:
Convertir Sevilla en una ciudad amigable para las personas mayores y fomentar el envejecimiento
activo y la gerontolescencia entre los mayores.

La convocatoria Sevilla Solidaria:

Los Talleres de la Fundación Doña María están subvencionados dentro de convocatoria ‘Sevilla
Solidaria’ del Área de Bienestar Social, Empleo y Planes integrales de Transformación Social del
Ayuntamiento de Sevilla. Una iniciativa que busca la colaboración entre el consistorio y las entidades
sin ánimo de lucro de nuestra ciudad para llegar al máximo posible de ciudadanos beneficiarios, y
donde la Fundación Doña María lleva 12 años participando.

¿Qué es la gerontolescencia?

La gerontolescencia es un concepto acuñado por la Organización Mundial de la Salud para referirse
a una nueva etapa vital de transición entre la adultez y la vejez y que se enmarca en el periodo que
va de los 65 a los 80 años. Una etapa donde, gracias al incremento de la esperanza de vida, la persona
se encuentra en plenitud de su calidad de vida, y donde tiene mucho que aportar como agente activo
de la sociedad.