El dinamismo y el crecimiento de la economía peruana de los últimos años convive con altos niveles de pobreza, precariedad del empleo y exclusión económica y social, especialmente las zonas rurales y comunidades indígenas. Si bien se ha registrado un avance en varios indicadores sociales, el crecimiento no ha llegado suficientemente a la mayoría de la ciudadanía y la pobreza todavía afecta a un alto porcentaje de la población (36.2% a nivel nacional).

Uno de los principales problemas que afecta a la población juvenil cusqueña es la alta tasa de desempleo y subempleo, éste último en torno al 55% en Cusco. A pesar de que desde el gobierno central se está promoviendo políticas públicas orientadas a la cualificación de la mano de obra, el sistema educativo está orientado a la formación de profesionales con interés de pertenecer al grupo de trabajadores dependientes y, en consecuencia, los jóvenes no muestran interés en la formación de negocios propios, capaces de generar autoempleo y contribuir con el desarrollo de la economía del país.

Por otra parte, la continuidad de los emprendimientos es muy débil, de manera que muy pocos empresarios llegan a constituir unidades económicas o negocios sostenibles y con capacidad de acumulación. Las causas de la alta mortalidad de los emprendimientos conducidos por jóvenes son atribuibles, no solo a la falta de financiamiento o al escaso acceso al crédito, sino de manera muy especial a la falta de información y desconocimiento del negocio y del comportamiento del mercado, a la incipiente o inexistente experiencia empresarial y, sobre todo, el escaso desarrollo de una cultura empresarial. Así, en la práctica diaria, se observa cómo los jóvenes creadores de negocios de pequeña escala se lanzan a la actividad empresarial sin tener los conocimientos, herramientas técnicas y de gestión más elementales.

En este entender, el proyecto busca potenciar las capacidades técnico productivas y de gestión empresarial de jóvenes de las zonas vulnerables del Valle de Cusco dedicados a las actividades de carpintería y producción pecuaria (animales menores como cuyes y gallinas), en vista de que dichas actividades tienen alta demanda a nivel regional y la capacidad de rotación de los productos es de mayor rapidez.

Asimismo, queremos promover la participación activa de las mujeres, como actores principales en la dirección de negocios, transformando una actividad que se consideraba familiar – de autoconsumo (en el caso de la crianza de animales menores) en una actividad familiar – comercial que además de involucrar activamente a todos los miembros de la familia, permita obtener recursos adicionales, mejorando las oportunidades de crecimiento y desarrollo de las involucradas no sólo a nivel individual sino también familiar.

Idéntico propósito se persigue en los involucrados cuya actividad es la carpintería, ya que nuestro objetivo es fortalecer las capacidades productivas con las que cuentan y hacer de su negocio un medio de obtención de ingresos económicos basados en la especialización de la mano de obra, optimización e incremento de la productividad de los recursos, promoviendo además el compromiso con el medio ambiente y fomentando buenas prácticas ambientales.

El proyecto se enmarca dentro de los objetivos del socio local, el Centro Guaman Poma de Ayala, y se articula con otros proyectos institucionales, algunos gestionados desde Fundación Social Universal con fondos de la Junta de Andalucía, orientados a la reducción de las tasas de desempleo e incremento de la tasa de creación y sostenibilidad de los negocios, sobre todo en jóvenes emprendedores que se encuentran en alto riesgo de vulnerabilidad.

 

Fuente: Fundación Social Universal