La sostenibilidad y el ahorro energético son retos a los que se enfrenta el sector acuícola para poder garantizar la viabilidad económica y medioambiental de la actividad. Hasta el momento, el gasto en electricidad, junto con la alimentación y la regulación de la temperatura, es una de las partidas que más impacta en el precio del producto final. Por ello, los esfuerzos del sector se han venido enfocando en la búsqueda y desarrollo de tecnologías eficientes y limpias, que permitan reducir estos costes en las empresas y también contribuyan a disminuir la huella de carbono y mejorar la calidad de las aguas.

Un 45% de las instalaciones de acuicultura se encuentran alejadas de núcleos urbanos, en espacios naturales de alto valor, y en ocasiones sin acceso a infraestructuras eléctricas convencionales, lo que obliga a hacer un uso energético añadido que llega a quintuplicar el coste de la actividad.

Para poder llevar a cabo la producción de peces en acuicultura marina, es necesario mantener tasas de oxígeno disuelto en valores óptimos, siendo imprescindible el uso de sistemas de aireación de agua que originan un alto consumo eléctrico. En la búsqueda de la solución a este importante reto del sector, el proyecto LIFE AQUASEF dedicado a la “Mejora ambiental de la actividad acuícola a través del desarrollo de energías ecoeficientes” está trabajando en la producción de oxígeno mediante técnicas alternativas más eficientes.

D&B Tech, en el marco del proyecto AQUASEF, ha fabricado dos prototipos. MicroBtech para su uso en centros de reproducción y preengorde; y O2BT para su uso en balsas de acuicultura en engorde. Respecto de la tecnología empleada en estas innovaciones, destaca el flujo cruzado, en el que el aire y el agua son bombeados a través de unos conductos especialmente diseñados en una membrana que genera pequeñas burbujas con la consiguiente reducción en consumo energético. En este sentido, Javier Dávila señala que el “secreto está en el tamaño de la burbuja, que es muy pequeño”.