Las familias indígenas de las comunidades campesinas del municipio boliviano de Tomina, a unos 150 kilómetros de la capital Sucre, viven con un promedio de 0,7 euros día por persona lo que los atrapa en una constante situación de inseguridad alimentaria. Según un diagnóstico realizado por la ONG PROAGRO, la base de la alimentación de esta población son los carbohidratos presentes en la papa, maíz o el trigo, mientras que consumen poco de productos ricos en vitaminas y proteínas.
Por otra parte, eventos climáticos extremos, cada vez más frecuentes y virulentos, como sequias prolongadas, heladas y granizadas, están perjudicando directamente sus actividades agrícolas provocando la pérdida o reducción de sus cosechas o la aparición de enfermedades y plagas.
Cuando la agricultura y la ganadería no ofrecen los suficientes volúmenes de producción para asegurar la alimentación y unos recursos mínimos vitales, las familias, sobre todo hombres y jóvenes, se ven obligados a migrar a las ciudades en busca de trabajo para complementar los ingresos económicos, generando un estado de inseguridad alimentaria y potencial desnutrición en los miembros del hogar.
En base a esta problemática, nuestro proyecto pretende enfrentar el limitado ejercicio del derecho humano al agua y a una adecuada alimentación, principalmente de mujeres indígenas en cinco comunidades rurales de Tomina. Las causas que generan esta situación son los altos porcentajes de discriminación y violencia hacia las mujeres en el ámbito familiar y comunal; las deficientes capacidades y condiciones técnicas para el acceso, uso, gestión y control equitativo del agua; la alta vulnerabilidad a la inseguridad alimentaria de familias indígenas y la escasa participación de los titulares de derechos y sus instituciones en la gestión sostenible de los recursos naturales y la lucha contra la discriminación y la Violencia en Razón de Género.
En dicho contexto, en el marco de la justicia ambiental, alimentaria y de género, este proyecto está promoviendo, desde cuatro frentes, el ejercicio pleno, equitativo y sostenible del derecho humano al agua y a la alimentación desde un Enfoque Basado en Derechos Humanos (EBDH). En primer lugar, enmarcados en la Ley Integral para Garantizar a las Mujeres una Vida libre de Violencia, los hombres y las mujeres empoderadas y organizadas institucionalmente de estas comunidades lucharán contra la discriminación en el acceso a derechos básicos (como agua y alimentación) y contra la violencia hacia la mujer y otros grupos vulnerables, especialmente la infancia, en el ámbito familiar, comunal y municipal. Esta meta se está persiguiendo mediante la generación de espacios de diálogo entre el estado, sociedad civil y sector privado para implementar la ley y conformar una red de lucha contra la violencia de género. Al tiempo se están desarrollando talleres sobre equidad de género y nuevas masculinidades para el desarrollo de unas relaciones más igualitarias; capacitaciones dirigidas a hombres y mujeres sobre Derechos Económicos, Sociales y Culturales (DESC), con énfasis en medidas integrales de prevención estructural de la violencia contra las mujeres, y campañas de sensibilización a la población en general y los estudiantes sobre los DESC, haciendo énfasis en las brechas de género en el acceso, uso, gestión y control del agua y de la alimentación.
Por otra parte, se ha iniciado con la actualización de los instrumentos de gestión de las Comunidades y de los Comités de Agua Potable y Saneamiento (CAPyS), considerando criterios de equidad de género. Además, se vienen desarrollando talleres con promotoras comunitarias para sensibilizar/informar, vigilar y derivar casos de violencia contra las mujeres y la infancia, así como talleres sobre la ley para la erradicación de la violencia de género para movilizar a la población en la defensa de los derechos y libertades de las mujeres. Además, por la radio local se están difundiendo micro novelas sobre el derecho al agua y la alimentación, haciendo énfasis en la discriminación hacia mujeres y niñas.
A través de un segundo componente, las familias están desarrollando su resiliencia frente al Cambio Climático con la adquisición de condiciones y capacidades para el acceso, uso, gestión y control equitativo del agua destinada a actividades reproductivas y productivas a pequeña escala. A la fecha, se disponen de diseños técnicos y se ha iniciado el mejoramiento y/o ampliación de sistemas colectivos de almacenamiento y distribución de agua para consumo humano; paralelamente, han comenzado las capacitaciones para la gestión sostenible y equitativa de sistemas colectivos de agua, y de su operación y mantenimiento. También se han celebrado las primeras reunionés con propietarios aguas arriba para establecer e implementar acuerdos para la protección y restauración de áreas de recarga hídrica en vertientes proveedoras de agua. Más adelante, se dará capacitación sobre instalación y manejo de cajas apícolas lo que favorecerá la polinización y la regeneración vegetativa en áreas de escorrentía.
Alineados con este mismo propósito, se están generando capacidades y mecanismos técnicos en los Comités de Agua para la gestión sostenible y equitativa de las áreas de recarga hídrica, y en los directorios de estos Comités para el seguimiento y monitoreo de los sistemas de agua y áreas de escorrentía. También se formarán a las personas cabezas de familias beneficiarias para el tratamiento y consumo de agua segura, educación sanitaria y ambiental. En esta línea, se ha desarrollado la feria conmemorativa por el Día Mundial del Agua que ha permitido sensibilizar y revalorizar sobre la importancia de los recursos naturales para la vida.
Con el incremento de agua en los sistemas colectivos, está previsto que las familias indígenas implementen mejores prácticas agroecológicas en la producción de hortalizas destinadas a la alimentación familiar. En este sentido, la programación recoge capacitaciones a hombres y mujeres en producción ecológica de hortalizas, intercambio de experiencias en producción de hortalizas por métodos ecológicos y predicción del clima en base de bioindicadores, talleres sobre Educación Alimentaria Nutricional (EAN) para el preparado de alimentos nutritivos a base de productos locales, encuentros para demostrar la preparación de platos típicos nutricionales con productos locales, capacitación en elaboración de compost, cosecha y cálculo de costos de producción y ferias de intercambio y venta de productos, para diversificar y complementar la canasta de alimentos, revalorizar la práctica del trueque y la predicción del clima.
Por último, pero igualmente importante, se implementarán mecanismos municipales y comunales para la gestión sostenible, participativa y equitativa de los recursos naturales, en particular los recursos agua, suelo y biodiversidad, en el proceso abierto de lucha contra el Cambio Climático y la discriminación y violencia de género. A tal fin se pondrá en funcionamiento una instancia multiactor compuesta en equidad de género para el acompañamiento, monitoreo y evaluación del proyecto, se realizarán talleres para aprobar normas comunales de conservación y manejo sostenible de los recursos naturales, y se difundirán programas informativos en medios de comunicación local sobre los modelos generados para la protección del medio ambiente.
También se destaca la importancia de celebrar encuentros con mujeres para elaborar propuestas políticas relativas a la defensa de sus derechos y al acceso y gestión de los recursos naturales, se desarrollarán espacios de diálogo entre los garantes y titulares de derechos sobre agua, suelo, biodiversidad y discriminación y violencia contra las mujeres, y se elaborarán propuestas para el fortalecimiento de la Unidad de Gestión de Riesgos (UGR) y Desarrollo Comunitario (DESCOM) para la adecuada prestación de sus servicios. Para terminar, se sistematizará participativamente la experiencia sobre la promoción del derecho al agua y a la alimentación, y se difundirá en un municipio aledaño de la localidad.